11/5/14



   No había pasado un solo día en el que lo primero que se le pasase por la cabeza fuese lo único que no podía conseguir. No había pasado un solo día en el que lo último en que pensase no le hiciera tremendamente infeliz. No había pasado un solo día, ni uno solo, en el que no encontrase un momento para la mentira o la desesperación. Los días, estancados en aquella mañana del fin del mundo, habían dejado paso a las interminables noches.

   Hoy, consciente de los grandes cambios, se dio cuenta que simplemente vivía la premonición de un treinta de octubre: el resultado de un mundo gris. Ahora, hace ya tanto tiempo, comprende al fin el verdadero significado de las cosas y, harto de llorar, no puede sino sonreír.

16/2/14


   ¿Has cruzado valles y montañas alguna vez, a pie y rodeado de la nada y sin ninguna compañía ni posibilidad de obtenerla durante horas y horas? Dosificar el esfuerzo. Sucumbir a tu irremediable destino mientras gozas del camino. Yo quiero eso una vez más.

   Quiero estar en el Karlův most, en Praga, y emocionarme con la grandeza comedida de las piedras que hablan. Quiero comer otra vez en Bratislava, en el Slovak Pub, y embriagarme de aromas y culturas. Quiero una cerveza y luego otra. Quiero sentir el cuerpo frío de una mujer hermosa en mi cálida cama. Una noche más en el Melé. Alcanzar metas. Soñar despierto. Conversar. Y disfrutar del sol de invierno todo el tiempo que pueda. Navegar a vela. Superar problemas. Admirar el arte y sentir la lluvia. Quiero tumbarme en el jardín a contemplar las estrellas. Quiero descubrir libros. Colonizar rincones. Y sobre todo quiero reír: reír como si nada importara. Quiero eso. Sólo una vez más.