29/8/10



Todo empezó muchos meses atrás cuando en una tasca a uno de nosotros le dio por proponerlo como una alternativa más que interesante a las monótanas, etílicas y maravillosas vacaciones de verano de todos los años. Éramos tres, luego puede que cuatro, probablemente cinco… y hasta seis llegué a contar aunque finalmente sólo partimos dos.

La travesía duró un mes con todas sus letras y días: unos fueron buenos, otros menos buenos, puede que hasta los hubiese regulares, pero desde luego ninguno malo. Dicen que el Camino sin problemas no es el verdadero Camino. Yo digo que aun teniéndolos todos ninguno tuve… y supongo que en eso consiste el caminar del peregrino.


PD: “No es oro todo lo que reluce ni toda la gente errante anda perdida”.