1/1/11



TIEMPOS MODERNOS

Estábamos unos cuantos en el eje geoestratégico de reunión después de una noche intensa en lagunas y desmesurada en resaca. El día era el tonto del año y todos sin excepción tratábamos de llenar nuestro particular agujero existencial heredado unas horas antes cuando, embalsamados en alcohol, éramos inmensamente felices.

Y fue así cuando la información me llegó como quien no quiere la cosa, de sopetón y con la transitividad diluida en interrogantes y desprovista de malicia. Es extraño, pero lejos de molestarme me alegré, si eso era lo que quería y al fin lo había conseguido no sería yo quien lapidase su decisión o cuestionase su memoria.


PD: No obstante, es agradable saber cuan cambiantes se tornan ciertas vidas y la distancia abismal que separa, una de otra, nuestras maneras de entender las cosas. Yo me había recluído en la lectura y la teorización de mis recuerdos, ella en la práctica, tal vez continuada, del pasatiempo por antonomasia, el gozo de vivir. Dos formas de escribir una historia, ambas válidas pero no parecidas, semejantes a ratos, parejas en cuanto a fines y discrepantes en lo que a medios se refiere… sin embargo, y a pesar de todo, aquí no hay buenos ni malos, simplemente supervivientes.