13/5/17





LOS BOSQUES DE NORUEGA

- Así que una cita, ¿eh? A ver si va bien la cosa y la traes a la próxima cena de hermanos.

- Sabes que no. Soltero a perpetuidad Anita, no lo olvides.

- ¡Tonterías! Eso lo dices porque no has encontrado a una chica que te guste de verdad. 

- Sigo en mis trece querida: una novia en la vida es más que suficiente.

- ¿Y me lo dice el mismo que el otro día en el hospital reconocía que le encantaba "dormir abrazaditos" y prefería no tener sexo en la primera cita?

- El mismo, y me reafirmo en lo declarado con anterioridad su señoría.

- ¿Pero cuánto estuviste con Voldemort?

- Si llegó al año y medio fue por los pelos.

- ¿Y vas a hipotecar tu corazón por una relación fugaz que no funcionó cuando eras tan sólo un crío?

- Si piensas eso es que no has entendido nada. ¿Crees que no he superado que una mujer haya dejado de quererme? Nada de eso. Sencillamente me declaro no apto para seguir intentándolo.

- Eres egoísta, contigo mismo y con ella, sea la que sea. No te mereces hacerte esto, te mereces encontrar a alguien que valga la pena y ser feliz. Además es que es algo que no puedes controlar.

- ¿Quién ha dicho que pueda? Ya sé que no, pero intento mantener la mente clara. Los hombres de palabra primero dicen una cosa y luego la cumplen, resulte bien o mal después de haberla pensado.

- Eso es una gilipollez.

- ¿Y qué sugieres que haga? Hoy, sin ir más lejos, con esta chica... ¿le digo que me encanta nada más verla o mejor espero un poco? ¿Y lo de los nervios que crecen cuanto más me acerco a ella? También puedo, si te parece bien, comentarle que no recuerdo la última vez que alguien me dejaba sin palabras, o que el mejor momento de la otra noche, porque incluso parecía brillar con luz propia, fue cuando estuvimos en su hábitat natural y lo estúpido que me sentí cuando precipité mi huída, o que desde que la conocí no ha habido un sólo día en el que no haya pensado en ella o, ya puestos, lo mucho que desearía que su risa fuese lo primero en escuchar una mañana...

- Quizás si eso es lo que piensas deba saberlo.

- Te diré una cosa jovencita, y con esto zanjo el asunto: debemos tener mucho cuidado con cómo nos inmiscuimos en las vidas ajenas y las palabras que empleamos; unas pueden truncarse, las otras quedar albergadas en oídos atentos.